Los 10 mejores consejos de tu dentista e higienista

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Las sonrisas bonitas empiezan con una boca y unas encías sanas, por lo que no se puede subestimar la importancia de la higiene bucal. Una boca sana da lugar a dientes más blancos, encías más fuertes y un aliento más fresco.

Te des cuenta o no, los consejos de tu dentista e higienista para tener unas encías y dientes sanos pueden ayudarte a conseguir la preciosa sonrisa que tanto deseas. Y, como ventaja, seguir estos consejos de los profesionales de la odontología puede hacer que tu próxima revisión sea aún más sencilla. 

Sigue leyendo para obtener consejos para tener unos dientes y encías sanos, así como una bonita sonrisa, directamente de las personas que ven más sonrisas que nadie. 

1. Cepíllate regular y adecuadamente

Probablemente te han dicho desde que eras niño: cepíllate los dientes por lo menos dos veces al día. Este consejo sigue siendo válido, y es uno de los aspectos más sencillos e importantes de tu higiene bucal. 

Utiliza una pasta de dientes que combata la caries, preferiblemente una con flúor para ayudar a fortalecer tus dientes. Cepíllate los dientes -¡y toda la boca! -, por lo menos, una vez por la mañana y otra por la noche. 

Pero no basta con hacer los movimientos, sino que debes cepillarte los dientes correctamente. Cuando te cepilles los dientes, haz movimientos suaves y circulares sobre la superficie de los dientes. Asegúrate de cepillar no sólo la parte delantera de los dientes, sino también la parte trasera y todos los recovecos interdentales. 

Y no te detengas en los dientes. También es importante mantener limpias las encías, la lengua y el interior de las mejillas -sobre todo para combatir el mal aliento-, así que cepíllalas también.

2. Usa el hilo dental y los cepillos interproximales a diario

El uso diario del hilo dental y los cepillos interproximales puede ser el consejo más común que dan los dentistas, y el más común que ignoran los pacientes. Usar el hilo dental y cepillos interproximales, una o dos veces al día, sólo lleva unos minutos, pero mucha gente le tiene pavor a esta tarea. 

El hilo dental es importante para eliminar las partículas de comida que se han quedado atrapadas entre los dientes, donde ni siquiera el mejor cepillo de dientes puede llegar.

Usar regularmente el hilo dental y los cepillos interdentales evitará la acumulación de placa en los rincones más escondidos. Si se deja que se acumule, la placa puede causar antiestéticas zonas amarillas en los dientes, y puede contribuir a problemas más graves, como la gingivitis, la periodontitis y las caries. 

Evita todo esto y favorece tu higiene bucal simplemente utilizando el hilo dental y los cepillos interproximales una o dos veces al día. Sólo te llevará unos minutos, y te ayudará a mantener tus dientes limpios y tus encías fuertes.

3. Enjuágate con un colutorio con flúor

El enjuague bucal es otro sencillo complemento a tu rutina diaria. Pero no todos los enjuagues bucales son iguales.

Opta por un colutorio que contenga flúor, para limpiar y fortalecer tus dientes al mismo tiempo. Enjuágate con el colutorio, según las instrucciones del fabricante, una o dos veces al día. Y, además, el uso regular de enjuagues bucales puede ayudar a que tu aliento huela siempre a fresco.

4. Aumenta tu consumo de calcio

El calcio de tu cuerpo ayuda a que tus huesos -y tus dientes- sean versiones más fuertes de sí mismos. Si tienes una carencia de calcio, esto puede repercutir en tus dientes, haciéndolos más débiles y sensibles. 

Para combatir este destino, aumenta tu consumo diario de calcio. Si te cuesta mucho aumentar tu consumo, puedes tomar un suplemento de calcio.

Sin embargo, siempre es preferible aumentar tu ingesta de forma natural, añadiendo leche y otros productos lácteos a tu dieta. Si eres intolerante a la lactosa o vegano, puedes encontrar calcio en muchos productos sustitutivos de los lácteos. 

5. Deja el tabaco

El efecto del tabaco sobre los pulmones es bien conocido, pero la gente piensa menos en los efectos sobre los dientes y los tejidos que los soportan (encías, hueso y ligamento periodontal). El consumo regular o incluso ocasional de tabaco puede manchar los dientes de forma permanente, e incluso puede corroerlos. Por otra parte, la combustión del tabaco en la boca, así como los tóxicos que contiene, generan entre otros un efecto de vasoconstricción, disminuyendo el aporte de sangre a los tejidos de soporte, por lo que no les llegan ni nutrientes ni defensas, siendo mucho más vulnerables al ataque de las bacterias, favoreciendo así la aparición de enfermedades como la gingivitis y la periodontitis («piorrea»).

Aunque todavía no veas estos efectos, el consumo regular de tabaco casi siempre se evidencia en los dientes y encías en algún momento. Para evitarlo, elimina el tabaco. Aunque te lleve un tiempo eliminar por completo el tabaco, a la larga merecerá la pena, y tus dientes te lo agradecerán.

6. Limita el consumo de café

El consumo excesivo de café también puede manchar los dientes, y el ácido del café también puede empezar a corroer tus dientes. 

Lo ideal es suprimir el café por completo, pero esto no siempre es posible de inmediato. Concéntrate al menos en reducir tu consumo de café a una taza al día, para que tus dientes no se manchen ni sufran ningún otro daño por su consumo.

7. Limita o elimina las bebidas carbonatadas

La carbonatación de los refrescos, las cervezas y las aguas con gas puede erosionar la superficie de los dientes, sobre todo si se consume en exceso. La carbonatación está causada por el dióxido de carbono, que se vuelve ácido en tu boca y puede corroer lentamente tus dientes. 

Una vez que la superficie de tus dientes empieza a erosionarse, no hay nada que puedas hacer para invertir el proceso. Sin embargo, puedes evitar que se produzca más erosión. Mantén tus dientes blancos y sanos eliminando o limitando mucho el consumo de todas las bebidas carbonatadas. 

8. Lleva una dieta equilibrada

Una boca sana empieza con un cuerpo sano, y ni siquiera la rutina de higiene bucal más meticulosa puede compensar un cuerpo fuerte. Si tu cuerpo está dotado de todos los nutrientes que necesita, podrá dedicar su energía a cuidar de tus dientes y encías. 

Para promover la salud general, sigue una dieta equilibrada que incluya mucha fruta y verdura, así como alimentos ricos en proteínas y calcio. 

Cuando se pretende llevar una dieta sana, mucha gente comete el error de incorporar muchos zumos de fruta, que en realidad pueden hacer más daño que bien. Los zumos de fruta concentrados suelen tener altos niveles de ácidos, que pueden erosionar los dientes. También pueden tener azúcares añadidos, que no son buenos para el cuerpo ni para la boca. Opta en cambio por frutas y verduras enteras. 

9. Sé físicamente activo

Junto con una dieta sana, mantén una rutina de ejercicios equilibrada. Cuando haces ejercicio con regularidad, todo tu cuerpo se equilibra mejor, lo que sólo puede significar cosas buenas para tu salud bucal. 

Un cuerpo sano puede cuidar de sí mismo, así que asegúrate de que tu cuerpo está fuerte y tonificado haciendo entre 30 y 60 minutos de ejercicio diario. 

10. Visita regularmente a tu dentista

Uno de los aspectos más importantes de la higiene bucal son las revisiones periódicas con tu dentista e higienista. Estas revisiones y limpiezas pueden ayudarte a mantener tu salud bucal eliminando la placa acumulada y detectando cualquier problema antes de que se agrave.

La mayoría de los problemas de salud bucodental pueden resolverse con relativa facilidad si se detectan a tiempo, por lo que es fundamental que visites a tu dentista al menos una vez cada seis meses. Y, si notas algún dolor o sensibilidad en la boca, reserva una cita con tu dentista inmediatamente.

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