Imanol Arias, en su papel como Antonio Alcántara en ‘Cuéntame cómo pasó’, nos regaló una frase para la historia, “eres de plomo derretido”. Estimado lector, ¿te imaginas vivir con ese sabor de metal en la boca? Pues es una triste realidad. Sucede.
El sabor a metal se puede instalar en la boca. Dicho sabor no debe causar un estado de alarma, siempre y cuando no se prolongue en demasía. Si permanece excesivamente en las pailas gustativas, se debería acudir al profesional adecuado: un médico le trasladará cómo proceder entonces.
La sensación metálica en la boca puede deberse a numerosos factores, así que respira hondo, sigue leyendo e intenta templar los nervios, que desde aquí te contamos a qué se debe, cómo actuar para poder paliarlo o cómo prevenirlo, en su defecto:
Causas comunes del sabor metálico en la boca
Debes tener en cuenta que la presencia de ese sabor metálico en la boca podría conllevar la pérdida del apetito. En relación con el trastorno anterior, también podría verse alterado el estado psicológico y emocional de la persona en cuestión.
La persistencia de esa sensación metálica se manifiesta en forma de disgeusia, que resulta ser una alteración en el sentido del gusto. Así, la persona afectada comienza a percibir los sabores de una manera menos intensa que de costumbre. Este trastorno bucal castiga severamente a la persona afectada, pues la va alejando de los sabores de los alimentos o bebidas. Lo salado, lo dulce o lo insípido, en jaque.
¡Y atención! Porque el sabor metálico podría derivar en ardor bucal, un síntoma que aprecia un tanto por ciento relevante de los afectados por este desagradable sabor. Asimismo, se podría experimentar también dolor.
Como se ha descrito en líneas anteriores, el sabor metálico en la boca puede venir dado por muchas causas:
- Coronavirus. Sí, el Coronavirus… De nuevo, el COVID-19. Uno de los muchos trastornos que ha ocasionado la pandemia se centra en el gusto: estudios científicos demuestran que el COVID-19 ha arrojado sabor metálico en la boca de las españolas y españoles. Es una realidad.
- Higiene bucal deficiente. Cuando se descuida la higiene bucodental surgen verdaderos problemas de salud, el sabor metálico en la boca, entre ellos. Se acumulan gérmenes, generando una placa bacteriana considerable. Es entonces cuando el sabor a metal campa a sus anchas. Las enfermedades pueden bucodentales se propagan, instalándose en los dientes, por ejemplo. Pueden manifestarse caries, gingivitis y periodontitis.
- Galvanismo. El exceso de algunos metales o la combinación de ellos, tales como el hierro o el cobre, pueden generar sabor metálico en la boca. A ello se le suma la ausencia de zinc en el cuerpo.
- Afecciones en el sistema nervioso. Cuando se producen alteraciones en el sistema nervioso, cabe la posibilidad de que el cerebro sufra desajustes, haciendo mella así en el sentido del gusto, al que le concede un desagradable sabor a metal.
- Alergias o infecciones. Las alergias y las infecciones pueden atacar con metal al sistema bucodental, otorgándole ese sabor. Si la alergia en cuestión degenera en congestión nasal, ese sabor metálico podría reproducirse por la boca. El sentido del gusto, en jaque de nuevo.
Otras causas comunes de sabor metálico en la boca
Los tipos de causas que generan el efecto de sabor metálico en la boca son variados y amplios. Al COVID-19, la mala higiene bucodental, el exceso de metales en el organismo, los trastornos en el sistema nervioso o las alergias y las infecciones se le añaden otras razones de peso a la hora de referirse al metal que se ha instaurado en la boca:
- Alimentación. A la vez que se produce una intoxicación, ingerir alimentos en mal estado puede acarrear la aparición del regusto metálico en la boca. El marisco y el pescado son los principales portadores de esa sensación.
- La complejidad de las hormonas. La revolución de las hormas sacude y altera los cuerpos de las féminas, en todos los sentidos. El embarazo y la menopausia pueden ser causantes de un insistente sabor a metal en la boca.
- Cáncer. Asimismo, al ser métodos tan extremos, la quimioterapia y la radioterapia pueden salpicar con metal la boca. Dichas fases, aplicadas contra un cáncer o un tumor, son capaces de manifestarse con crudeza por el organismo.
Medicamentos que pueden causar sabor metálico
La medicación tiene la oportunidad de poder alterar el sentido del gusto. Dentro del listado de los medicamentos en cuestión: los antidepresivos, antifúngicos, antihistamínicos, antivirales o antihipertensivos podrían generar ese regusto metálico a nivel bucodental. Cabe la posibilidad de encontrar una alternativa en cuanto al medicamente utilizado, siempre y cuando esa opción esté validada por el médico.
Prevenir y paliar el sabor a metal en la boca
Es recomendable no jugar a hacer de médico, es decir, deberías ponerte en manos de un profesional sanitario, quien te asesorará al respecto de cómo poder paliar el sabor metálico en la boca. Si lo que realmente ocurre es que la medicación tomada produce ese regusto bucal, cabe esperar que el médico en cuestión reduzca o modifique la dosis ingerida.
¿Qué puedes hacer por ti mismo, sin ayuda de un tercero? Hidratarse es la clave del éxito. Beber agua frecuentemente a pequeños sorbos puede ayudar a aliviar la afectación. Los caramelos mentolados resultan eficaces, pues estos disimulan y suprimen ese sabor metálico a la vez que estimulan la salivación. Procura que esos caramelos no contengan azúcar, a ver si va a resultar peor el remedio que la enfermedad…
En relación con ese proceso personal, mantener una buena higiene bucodental, dejar a un lado el tabaco o modificar los hábitos en la alimentación ayuda a combatir con eficacia el sabor metálico en la boca.