Ortodoncia
Para ir bien, tendríamos que hacer a nuestros hijos una primera visita a los 6 años, recomendado por la Sociedad Española De Ortodoncia (SEDO). A esta edad, podemos diagnosticar a tiempo, potenciales anomalías, valorando la necesidad de tratamientos tempranos, con la intención de prevenir problemas mayores en la adolescencia o en la edad adulta, simplificando y abaratando los futuros tratamientos. Debemos estudiar si es necesario intervenir antes que salgan los dientes definitivos para favorecer su erupción y guiar el desarrollo del hueso que los soporta, aprovechando la fase de crecimiento en la que se encuentran los niños. Para ello podremos utilizar aparatos funcionales, removibles o fijos (brackets).
Por otro lado, estaría la ortodoncia en los adolescentes, que es cuando acaban de tratarse algunos problemas esqueléticos con anclajes óseos (miniplacas) o aparatología extraoral y se corrigen con ayuda de brackets o alineadores (Invisalign®) los problemas de alineamiento. Los brackets son aparatos fijos que controlan minuciosamente el movimiento de corona y raíz de los dientes.
Y por último la ortodoncia en adultos, en la que podremos corregir malposiciones dentarias con brackets o alineadores. En esta fase también existe la posibilidad de tratar problemas esqueléticos, pero necesitaremos realizar tratamientos multidisciplinares con la ayuda de cirugía.


Es importante que cada caso sea revisado y valorado por un especialista en ortodoncia para determinar y valorar la mejor manera de solucionarlo, ya que no hay ningún caso igual y pueden haber diferentes opciones de tratamiento.
Partimos de la base que cada vez tenemos más sistemas de ortodoncia a nuestra disposición, como podrían ser la convencional con brackets metálicos o brackets cerámicos (más estéticos) y lo que hoy en día llamamos Ortodoncia Invisible u Ortodoncia Estética, que consiste en utilizar sistemas de brackets linguales (se colocan por la parte de dentro del diente y por eso no se ven al sonreir), como por ejemplo Sistema de Brackets Incognito® o los alineadores, que son unas férulas plásticas, transparentes y extraibles, que el paciente deberá ir intercambiando hasta llegar al resultado deseado, como por ejemplo el Sistema Invisalign®.
Con cualquiera de estos sistemas podremos tratar los problemas más típicos:
-Apiñamiento dental (dientes superpuestos unos con otros por malposición o falta de espacio)
-Diastemas dentales (dientes separados por malposición, ausencia dental o tener los dientes más pequeños en proporción al tamaño de la arcada ósea donde están ubicados)
-Agenesias dentales (cuando no se forman los dientes que tendrían que salir y eso comporta problemas de desarrollo y en consecuencia de espacio).
-Mordida abierta anterior o posterior (cuando los dientes superiores no contactan con los inferiores teniendo la boca cerrada y en oclusión).
-Mordida cruzada (de normal la arcada superior debería abrazar por fuera a la arcada inferior, en ocasiones nos podemos encontrar el caso contrario, en el que los dientes inferiores se encuentran por fuera de los superiores, pudiendo causar interferencias funcionales).
-Sobremordida severa o profunda (decíamos que los dientes superiores deberían abrazar a los inferiores por fuera, tanto en horizontal como en vertical. En ocasiones, los dientes superiores anteriores cubren verticalmente más de lo normal a los inferiores, pudiendo incluso cubrirlos por completo, causando problemas estéticos y funcionales).
-Línea media desplazada o desviada (si imaginamos una línea vertical perfecta que dividiera la cara en dos mitades simétricas, dicha línea debería coincidir con las líneas medias de los dientes superiores e inferiores. Partiendo de la base de que todos somos asimétricos, en ocasiones podemos encontrarnos discrepancias importantes entre la posición y el eje de las líneas medias dentales entre sí, superior e inferior, o entre las líneas medias dentales y la facial).