Ya llegó el Ratoncito Pérez, uno de los mejores amigos del colectivo infantil. Asimismo, este ilustre personaje es también un íntimo compañero de nuestra Clínica Dental en Mataró y confidente directo, en general, de los dentistas en España. Por las noches, cuando nadie le ve, el señor Pérez recoge los dientes de leche (las mamás y los papás colocan esas anisadas piezas bajo la almohada de sus retoños) y los intercambia por regalos. A la mañana siguiente, ¡sorpresa!
Por cierto… ¿Por qué existe el Ratoncito Pérez? ¿De dónde nace esta tradición? En sus orígenes más remotos, la leyenda de este ratoncito se sitúa en la Edad Media, cuando los dientes caídos se sacaban afuera, con el propósito de que las ratas y los ratones se comiesen esas piezas desechadas. Si las roían, signo de buena suerte. Sin embargo, el Ratoncito Pérez como tal nació en el Palacio Real de Madrid, de la pluma del eclesiástico Luis Coloma en el siglo XIX. Este consejero de la regenta María Cristina le escribió este cuento al Rey Alfonso XIII, justo cuando se desprendió de uno de sus dientes de leche. El ratón Pérez irrumpió por primera vez en la corte madrileña. Desde entonces, muchos afirman haberlo visto de madrugada. Pero, ¡shhht! Es un secreto.
¿Qué son y cuántos dientes de leche hay?
En los primeros años de vida, a las niñas y los niños se les forman y crecen en sus respectivas bocas los dientes de leches, conocidos así popularmente en España. Técnicamente, nos hemos de referir a ellos como dientes temporales, ya que con el tiempo se caerán y darán paso a una nueva estructura dental, los dientes definitivos. Los dientes de leche están de paso.
Los populares dientes de leche adquieren un color blanco, como el de la leche – de ahí su nombre –, más blancos si cabe que el de las futuras piezas dentales, que se desarrollarán y se consolidarán bucodentalmente tras la caída de estas piezas ‘lácticas’. Los dientes de leche, que corresponden a la etapa infantil, suman 20 (10 arriba y 10 abajo) y son los siguientes:
- Cuatro incisivos centrales. Dos superiores y dos inferiores. Situados en la parte frontal de la boca, en la línea media. Son afilados y junto a los incisivos laterales y los caninos, ayudan a cortar los alimentos al masticar.
- Cuatro incisivos laterales. Son los hermanos pequeños de los incisivos centrales y como su nombre indica se sitúan inmediatamente después de sus protectores.
- Cuatro caninos. Son puntiagudos y sirven para desgarrar. Separan la zona de incisivos de la zona molar.
- Cuatro primeros molares. Surgen en los primeros 12-16 meses de vida. Los molares sirven para triturar.
- Cuatro segundos molares. Aparecen a los 21-30 meses de vida.
Estas piececitas, más pequeñas y débiles en edades tempranas, acabarán dando paso a los dientes definitivos, que empujan y van reabsorbiendo las raíces de los temporales hasta que los hacen caer. Se produce un recambio, por eso hablamos de la segunda dentición. Finalmente, tras alcanzar la madurez plena, podemos llegar a tener una totalidad de 32 piezas, contando con el crecimiento de las muelas del juicio.
¿Qué conlleva la puesta en escena de esos dientes de leche? El bebé en cuestión, que produce más saliva y comienza a babear con mayor frecuencia, puede sentir la necesidad de morder cosas (siempre hay algo que llevarse a la boca). La zona dental, adyacente a las encías, está más sensible. Por lo general, en esta etapa la niña y el niño de edad temprana están más sensibles de lo habitual y pueden presentar episodios de irritación y susceptibilidad.
¿A qué edad se caen los dientes de leche?
Los dientes de leche empiezan a formarse en los primeros meses de vida del bebé, a partir del año o los primeros seis meses. Supuestamente, todos los dientes de leche (20) han de aparecer en los primeros 2-3 años de vida.
Más adelante, ya en época de Primaria, a las niñas y a los niños se les irán cayendo los dientes. Eso ocurre a partir de los 5 años, aproximadamente, y esa caída finaliza rozando la ESO, a los 12-13 años.
Higiene para los dientes de leche
Desprenderse de los dientes de leche es un proceso natural. Ahora bien, hay que mantener unos hábitos saludables y enseñar al colectivo infantil a preservar unas rutinas diarias con sus dientes, cuyas piezas deben cuidarse, lavarse y protegerse.
Por ejemplo, en los primeros años de vida es aconsejable pasarles una gasa humidificada después de cada comida. Al paso de los años, deben procurar usar un cepillo y una pasta adaptada a sus características, con el flúor necesario. Es muy importante enseñarles a cepillarse correctamente y asiduamente los dientes.
Se recomienda asistir dos veces al año, por lo menos, al dentista después de cumplir el primer año. Es importante conservar esa asistencia periódica ante profesionales como los de Clínica MónBlanc, que cuenta con el servicio de Odontopediatría en Mataró Especializado y un espacio adaptado para los niños pequeños, con el fin de recibir el mejor asesoramiento y los cuidados necesarios.
Recordamos que, aunque los dientes de leche son temporales y se tienen que caer, si tienen algún problema, ya sea de caries o de malposición, es necesario diagnosticarlo a tiempo para que no se vean afectados los dientes definitivos. Y si normalmente escuchamos aquello de “es mejor prevenir que curar”, en esta etapa adquiere mayor importancia para la futura salud bucodental de nuestros peques.