Tengo un flemón en la boca. ¿Qué hago? ¿Cómo se trata?

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Los flemones o abscesos dentales son extremadamente dolorosos e incapacitantes. A esto se le une la tremenda hinchazón que pueden llegar a producir, incluso deformando el aspecto del rostro del afectado.

¿Qué es un flemón o absceso dental?

Se trata de una acumulación de pus en el interior de los tejidos de la cavidad bucodental. Normalmente, las vías de escape del pus al exterior no existen o son ínfimas, por lo que la bolsa de pus se expande interiormente buscando el camino que le ofrezca menor resistencia, pudiendo afectar incluso a algunos nervios y a la masa ósea.

Por eso son dolorosísimos y pueden llegar a ser especialmente voluminosos. El tratamiento no debe aplazarse (el flemón no remitirá espontáneamente y continuará aumentando de tamaño) y debe ser realizado exclusivamente por un odontólogo o estomatólogo.

Causas que favorecen que se forme un flemón

El pus siempre es consecuencia directa de una infección. En el caso concreto de un flemón dental, las causantes de la infección son bacterias y nuestra boca está plagada de ellas.

Las afecciones que favorecen la penetración de las bacterias en el interior de los tejidos bucales son:

  • Las caries
  • Las periodontitis y, en menor medida, las gingivitis
  • Traumatismos o heridas que lesionen la encía
  • Un sistema inmunológico deprimido
  • Los tratamientos prolongados con corticoides
  • La diabetes y otras enfermedades sistémicas

Síntomas

Aunque son bien conocidos, repasemos brevemente los síntomas de un flemón o absceso dental:

  • Dolor continuado de intensidad muy alta y difícilmente soportable
  • Inflamación muy acusada, la mayoría de las veces apreciable a simple vista por terceras personas

En ocasiones, el afectado puede presentar fiebre y malestar generalizado, similar al provocado por una gripe.

Tratamiento para eliminar un flemón dental

El tratamiento de eliminación suele durar entre ocho días y dos semanas, dependiendo de las dimensiones del flemón y del tipo de tejidos afectados. Estos son los pasos que seguirá el odontólogo:

  • Prescripción de antibióticos y analgésicos
  • Drenaje para la extracción del pus mediante punción o incisión, según el caso
  • En caso de abscesos de mayor magnitud o localizados en zonas cercanas a estructuras anatómicas nobles, como podrían ser nervios o vasos sanguíneos importantes, deberíamos realizar pruebas diagnósticas complementarias para comprobar el alcance de la infección

De esta manera se eliminará el flemón pero no la causa que lo ha provocado, salvo que la infección haya sido consecuencia de una lesión bucal por una mordida accidental profunda, por un alimento duro susceptible de provocar desgarros, o por una diminuta espina o huesecillo insertado en una encía.

Por lo tanto, tras la desaparición del flemón, será necesario eliminar o controlar el agente causal, sea este una caries, la periodontitis, un tratamiento medicamentoso o una enfermedad ajena a la cavidad bucodental.

Remedios caseros para los flemones dentales que no funcionan

Cuidado con los vídeos y posts de internet en los que se detallan procedimientos para extraer el pus de un flemón en casa, mediante un pinchazo e incluso intentando reventarlo por presión.

Ambos métodos son absolutamente desaconsejables por los riesgos que conllevan:

  • La exacerbación de la infección o su extensión a zonas más amplias
  • Un considerable incremento de la intensidad del dolor

El pinchazo efectuado por inexpertos es doblemente peligroso: si accidentalmente tocamos algún nervio, veremos las estrellas y cabe la posibilidad de que produzcamos una lesión en el mismo. Esto último puede tener graves consecuencias.

Los únicos remedios caseros para los flemones, y que solo funcionan a medias, son:

  • Enjuagarse la boca con un colutorio antibacteriano para dificultar la expansión de la infección
  • La aplicación periódica de hielo para aliviar mínimamente la inflamación

Entonces, ¿qué hacer mientras espero que llegue la hora de la cita con el dentista?

Puede ocurrir que el dolor ocasionado sea difícilmente soportable y el odontólogo no disponga de un hueco en su agenda para darnos cita de forma inmediata.

En este caso, olvidémonos de los remedios caseros y, como complemento a los analgésicos por vía oral, utilicemos un anestésico bucal en spray. Podemos encontrarlo en cualquier farmacia, sin necesidad de receta médica.

Prevención de los abscesos dentales o flemones

Como ocurre con casi todas las afecciones bucales, el sistema de prevención más eficaz para evitar flemones dentales es una concienzuda higiene dental diaria:

  • Lavado de dientes minucioso, como mínimo después de las tres comidas principales
  • Uso diario de hilo o seda dental y cepillos interproximales
  • Enjuague con un preparado bucal antibacteriano tras los cepillados

Como complemento de la higiene dental, es indispensable acudir al dentista una vez al año para que este efectúe una revisión exhaustiva de la región bucodental, con el fin de prevenir ciertas lesiones y poder hacer un buen diagnóstico precoz de las mismas.

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