La ortodoncia convencional, aquella en la que se adhieren múltiples piezas metálicas en los dientes, los famosos brackets, cada día está más en desuso. ¿Se les ha dicho adiós a los brackets convencionales? Hoy en día, por petición de los propios pacientes, se apuesta por métodos y estructuras más estéticas, elegantes, disimuladas y transparentes, prácticamente invisibles. La nueva ortodoncia invisible se ha hecho un hueco, poniéndose cómoda en el actual mercado.
Como los métodos de antaño, la ortodoncia invisible es igual de efectiva que entonces. Ésta deberá corregir los problemas con la mordida, regular y alinear los dientes, cerrar los espacios visibles entre estos y enderezar los dientes. Esta fiel amiga de la sonrisa invita a sonreír sin vergüenza.
¿Qué es la ortodoncia invisible?
Pero, ¿qué es la ortodoncia invisible? La ortodoncia más moderna se basta de un soporte bucal, invisible para los ojos del ser humano, que corrige la mordida, alinea y endereza los dientes, cierra sus espacios y corrige la mordida.
Se rige por una serie de características que la alejan de los brackets metálicos, dando por superado así un periodo más incómodo. La sencillez de la ortodoncia invisible ayuda a que las niñas y los niños, especialmente en fase adolescente, no sientan apenas reparos a la hora de abrir la boca. La ortodoncia se ha renovado a partir de la colocación de férulas invisibles, alineadores. Están compuestas por un material resistente, el policarbonato, y se colocan manualmente abrazando los dientes por su parte externa ya, pues están hechas a medida. La duración del tratamiento no varía en cuanto al tiempo empleado con ortodoncia convencional, dependiendo de las necesidades de la persona, en cualquier caso.
Tipos de ortodoncia invisible
Dentro de la ortodoncia invisible podemos encontrar: alineadores invisibles, ortodoncia lingual y los brackets de cerámica. Estos métodos, fiables en la práctica, resultan altamente estéticos, pues aportan discreción.
- Alineadores transparentes o también conocidos como alineadores invisibles. Son una opción popular entre los pacientes que buscan una alternativa discreta a los brackets tradicionales. Estos dispositivos transparentes que se colocan sobre los dientes y se cambian cada 7-14 días, con el fin de guiar gradualmente los dientes hacia su correcta posición. Están hechos de policarbonato, poliuretano, termoplástico o copoliéster. La transparencia determina el punto en común de los materiales utilizados. Estas férulas transparentes se diseñan digitalmente y se les da su forma final con 3D. Los alineadores transparentes son removibles y deben llevarse, al menos, 22 horas al día para obtener los resultados esperados.
- Ortodoncia lingual. Este tipo de ortodoncia implica la colocación de brackets en la parte posterior de los dientes, obviando así su colocación en la parte frontal. Debido a que los brackets linguales resultan prácticamente invisibles, este tratamiento fideliza a los usuarios que buscan una opción discreta para su boca. Los brackets linguales requieren un poco más de cuidado y atención que los tradicionales, pero los pacientes, generalmente, se habitúan después de que estos los acompañen unos cuantos días.
- Brackets de cerámica. Esta opción es también válida para aquellos adolescentes o adultos que requieren una solución bucal discreta. Los brackets de cerámica son similares a los brackets tradicionales en cuestiones de tamaño y forma, pero están hechos de materiales translúcidos o blancos que se camuflan con el color natural de los dientes. Los brackets de cerámica son menos visibles que los metálicos, pero requieren un poco más de atención para evitar manchas, por ejemplo.
Ventajas y desventajas de la ortodoncia invisible
Todo o casi todo tiene sus pros y sus contras. No se escapa de ese hecho la ortodoncia invisible, que encuentra su principal ventaja en la estética, en cualquiera de las 3 opciones mencionadas. Superada por la comodidad y en la higiene cuando hablamos de los alineadores invisibles, ya que este tipo ortodoncia apenas se nota y nos se tienen que quitar para comer, pudiendo higienizar perfectamente todos los dientes en todo su perímetro, evitando a su vez los típicos problemas mecánicos de descementación de aparatología: salta un bracket comiendo o el pinchazo del arco en la mejilla.
Por otro lado, sus desventajas más evidentes se ciñen a cada tipo. En el caso de los alineadores, al ser removibles, requerirán de mayor colaboración por parte del paciente. Mientras que la ortodoncia lingual y los brackets estéticos no permiten esa movilidad, por lo que dificultarán la higiene y pueden causar mayor incomodidad por el roce con lengua y mejillas.
Relación calidad-precio
Los avances cotizan al alza. Teniendo en cuenta que lo bueno implica pagar un poco más, la evolución y la modernización implican rascarse el bolsillo. De todas formas, la tecnología y la digitalización también pueden suponer que los costes se abaraten ya que la precisión tecnológica conlleva un mejor diagnóstico y planificación. Así, la moneda enseña sus dos lados.
Haciendo una aproximación de precios, la ortodoncia invisible, dependiendo de la complejidad del caso, supone un desembolso de entre 2.000 y 6.000 euros. La opción más costosa es la ortodoncia lingual, ya que se ha de confeccionar los brackets de forma personalizada y, normalmente, con metales nobles como el oro.
