Las costumbres y las rutinas acompañan al ser humano durante su vida. El hecho de mecanizar esas rutinas y costumbres implica la generación de ciertos hábitos saludables, como es el caso significativo de la higiene de la boca, la cual hay que proteger para reducir las bacterias en la boca y en consecuencia evitar o reducir el riesgo de ciertas patologías. La higiene bucal es sinónimo de cuidado. El cepillado, el cepillo interdental y la odontología, a escena.
A menudo, cuando nos referimos al mantenimiento bucal, surge la gran duda que inquieta a la humanidad: ¿cuántas veces al día debemos cepillarnos los dientes? No hay un número matemático puro, sin embargo, distintos referentes odontológicos apuntan que el cepillado de los dientes ha de producirse entre dos y tres veces al día. Si se decantan por realizarlo dos veces al día, el cepillado ha de ser lo suficientemente profundo y eficiente como para eliminar las bacterias acumuladas en la boca durante el paso de las horas del día. Si apuestan por hacerlo diariamente tres veces, también debemos actuar igual, pero reducimos el riesgo. Realmente, podríamos decir que lo ideal sería que el cepillado se llevara a cabo después de cada comida.
El 2 y el 3 cotizan al alza en la práctica del cepillado de dientes, pues los profesionales sanitarios indican que esos son los minutos, entre dos y tres, que debe durar el citado hábito. Desde pequeños, nos colocan delante de un espejo y nos enseñan a empezar a construir el ritual de cepillarse los dientes: con pasta dentífrica, el cepillo ha de moverse de arriba abajo o circularmente, sin dañar las encías y sin aplicar una fuerza desmesurada que acabe provocando gingivitis [que también puede desarrollarse a partir de un inadecuado cepillado dental]. Suavidad y firmeza. Sin prisas, pero sin pausas.
De la práctica y la técnica a la herramienta. En la higiene bucal mecánica, coexisten tres principales utensilios que determinan la acción del cepillado de dientes: el cepillo manual o eléctrico, el hilo dental y el cepillo interdental, que pueden alcanzar las zonas interdentales que los cepillos «normales» no han sido capaces de limpiar.
Cepillo interdental: ¿qué es?
O también conocido como cepillo interproximal. En comparación con el cepillo de dientes convencional, esta herramienta complementaria es más pequeña. Su cabezal está compuesto por una varilla metálica y unos filamentos dispuestos de manera distinta respecto al cepillo de toda la vida, similar a un «mini-limpia biberones».
Una serie de características permite que el cepillo interdental complemente al hilo dental y al cepillo convencional:
- Entre dientes. Es eficiente a la hora de llegar y alcanzar espacios bucales de difícil acceso, entre les muelas, por ejemplo.
- Su función y actuación son específicas en limpiezas de sistemas de ortodoncia e implantes dentales, pues limpian accesos bucales complejos. El cepillo interdental se usa, especialmente, en los citados tratamientos.
- Potencia el concepto, higiene bucal completa, ya que el cepillado interdental significa el 20-30% de la totalidad de la citada limpieza bucal, según estudios.
La forma de sus cabezales puede comprender las siguientes estructuras: en forma de pino [alcanza los alrededores de los aparatos de ortodoncia y es especialmente útil en los implantes dentales], recto [empleado en el espacio entre dientes], fino [versátil en espacios reducidos] y ultrafino [para espacios muy reducidos].
El color del cepillo interdental determina el tamaño, en milímetros, del diámetro de los filamentos del cabezal [de menor a mayor]:
Rosa: 0.4 mm
Naranja: 0.45 mm
Rojo: 0.5 mm
Azul: 0.6 mm
Amarillo: 0.7 mm
Verde: 0.8 mm
Violeta: 1.1 mm
Gris: 1.3 mm
Negro: 1.5 mm
Cómo usar el cepillo interdental
Teniendo en cuenta que el peso específico de su funcionalidad da valor a la limpieza bucal completa, también son cruciales en la limpieza entre dientes durante los tratamientos de ortodoncia o entre implantes dentales, y se empleará el uso descrito a continuación:
- Movimiento del cepillo interdental entre los espacios bucales: diente-implante o diente-bracket. Repasa todos los espacios interdentales. No te olvides de la limpieza de las muelas y los incisivos.
- No emplear una fuerza excesiva. No fuerces el cepillo interdental en el caso de que no se acceda a la zona deseada.
- Realización de movimientos horizontales, de fuera hacia adentro. Si se usa de arriba abajo, el cepillo interdental podría quedarse enganchado. Muévelo por los espacios de los dientes interiores y no lo gires bruscamente, ya que las encías podrían sufrir daños.
- Es recomendable usarlo diariamente.
- No es necesario utilizar pasta dentífrica.
- Es recomendable enjuagar la boca tras haberse realizado el cepillado interdental, para expulsar el resto de sustancias sólidas que se han acumulado en la boca.
- Una vez concluido el cepillado, se ha de realizar una limpieza completa del cepillo interdental.
- Se aconseja cambiar con cierta frecuencia el cepillado interdental para evitar fracturas del mismo.
Hilo dental o cepillo interdental: ¿qué es mejor?
En los 90, Julia Roberts puso de moda el hilo dental en ‘Pretty Woman’. Años más tarde, el cepillado interdental sufrió una modernización. No se trata de una batalla: no hay que escoger entre el hilo dental y el cepillo interdental, pues ambas herramientas son complementarias.
Mientras que el hilo dental se utiliza para acceder superficies y espacios cerrados de la boca, el cepillo interproximal limpia a fondo las áreas interdentales más anchas.
A modo de conclusión, no existe la herramienta perfecta para acceder a todos los recovecos bucales de una vez, siendo obligatorio el uso del cepillo dental, complementado con el hilo dental y los cepillos interdentales.