Si lo tuyo es el pop español de los 2000, muy probablemente cantarías a pulmón limpio lo de “que lo bueno y lo que importa está en los besos”. Seguro que has oído o leído acerca de la enfermedad del beso y, relájate, pues podrán seguir despertándote con besos todas las mañanas y habrá “más besos para cenar”. Si lo tuyo son las grandes dosis de amor y cariño, sigue amparándote bajo cada 13 de abril, el Día Mundial del Beso.
Sencillamente, aquí, en este espacio, escribimos sobre la mononucleosis, la enfermedad del beso o fiebre ganglionar, como también se conoce esta enfermedad, la cual se dispara y cotiza al alza en los últimos tiempos, cuando realmente se ha estudiado más a fondo este citado trastorno. Y ahora que la situación vírica está a la orden del día, te contamos qué has de saber sobre la mononucleosis:
¿Cómo se transmite la enfermedad del beso?
A partir del virus Epstein Barr, la saliva cobra todo el protagonismo posible, ya que esta, por vía oral, es la principal transmisora de la popularmente conocida como la enfermedad del beso, altamente contagiosa con un contacto estrecho y directo. Así pues, entran en juego distintos escenarios, distintas situaciones en las que se produce el contacto, directo o indirecto, mediante la saliva: compartir el vaso, dar un beso, comer del mismo tenedor o compartir cojín, por ejemplo. Además, la tos y los estornudos también son agentes capaces de transmitir la enfermedad del beso.
Si hablamos de sectores poblacionales, los adolescentes y los jóvenes son más propensos a los contagios y al desarrollo de la mononucleosis que los niños prescolares o las personas de la tercera edad.
Causas y síntomas de la mononucleosis infecciosa
Como ya se ha citado en líneas anteriores, la causa principal de la enfermedad del beso es el virus Epstein Barr, el cual se propaga a través de la saliva, que resulta ser el agente transmisor de la afección en cuestión.
Se presentan distintos síntomas que hay que tener en cuenta a la hora de enfrentarse a la enfermedad del beso:
- Dolor y picor en la garganta, que puede convertirse en faringitis.
- Dolores de cabeza pronunciados o, incluso, fiebre.
- Los ganglios y las amígdalas se inflaman excesivamente.
- Fatiga generalizada. El cansancio se manifiesta con fuerza.
- Sarpullidos.
- Inflamación de órganos como el bazo y el hígado.
¿Qué otros síntomas acompañan a la mononucleosis?
Yendo al extremo, la enfermedad del beso podría arrastra consigo otros daños colaterales, tales como distintas afecciones:
- Neurológicas [meningitis, parálisis de nervios craneales o encefalitis] .
- Hematológicas [anemia, disminución de las plaquetas o células blancas].
- Respiratorias [neumonía] .
- Roturas de bazo.
- Trastornos hepáticos.
Prevención y tratamiento de la enfermedad del beso
El periodo de recuperación está pautado entre dos y tres semanas. El sueño reparador y beber mucha agua resultan claves para recuperar nuevamente la normalidad.
Si se está padeciendo mononucleosis, se recomienda guardar reposo absoluto, antinflamatorios y medicación para rebajar la fiebre [consulta con tu médico o farmacéutico]. Como remedio casero, la propuesta es realizar gárgaras, con agua salada.
A modo de prevención, se aconseja no besarse ni utilizar los vasos, cubiertos o instrumentos que hayan estado en contacto con el afectado.
Se ha de tener en cuenta que el virus Epstein Barr puede permanecer unos cuantos meses en la saliva de los que han padecido el mencionado trastorno.