Dentro de los métodos auxiliares para controlar una buena higiene oral podemos encontrar la clorhexidina. Esta clorhexidina es un desinfectante oral que cuenta con acción antiséptica, capaz de acabar con las bacterias de forma sencilla y así mejorar la higiene de la boca de la persona.
La clorhexidina está prefente en una gran cantidad de productos de higiene bucal, siendo las presentaciones más comunes los enjuagues/colutorios bucales, geles y/o dentífricos. Para que te hagas una idea de la importancia con la que cuenta la clorhexidina, esta se encuentra reconocida por la OMS como un medicamento esencial en la lucha contra enfermedades dentales como la periodontitis, gingivitis o caries entre otros problemas.
Además, el uso de la clorhexidina no se limita al ámbito bucodental, ya que también se puede utilizar en algunas heridas abiertas donde el agua oxigenada u otros antisépticos tópicos no se pueden utilizar.
Beneficios de la clorhexidina
La clorhexidina es prescrita habitualmente por muchos odontólogos debido a los beneficios con los que cuenta.
Uno de los principales beneficios con los que cuenta la clorhexidina es ayudar en el control de la biofilm dental. Esto significa que ayuda a que las bacterias no se fijen en las superficies orales (dientes, encía, mejillas y lengua).
Como medicamento que es, otro de los beneficios con los que cuenta es que sirve para prevenir enfermedades dentales/periodontales y también para tratarlas. Por este motivo está bastante recomendado su uso para enfermedades como la gingivitis o periodontitis como hemos visto.
También muestra beneficios en aquellas personas que sufran de caries dental, ya que la clorhexidina reduce la población bacteriana de la dentina afectada y la placa dental superficial al ser un potente antibacteriano.
La clorhexidina también cuenta con beneficios importantes para las personas que están en tratamiento de ortodoncia o llevan cualquier tipo de aparatología oral. Esto se debe a que estos pacientes tienen un mayor riesgo de sufrir caries y la clorhexidina ayuda a evitarlo.
Al frenar la acción bacteriana, la clorhexidina se utiliza habitualmente en el postoperatorio inmediato de múltiples intervenciones quirúrgicas realizadas en la cavidad oral, como por ejemplo los implantes dentales. Gracias al uso de la clorhexidina se frena la acción bacteriana y, por lo tanto, disminuye el riesgo de infección de la herida o del propio implante dental.
¿Cómo se administra la clorhexidina?
A pesar de que se puede encontrar clorhexidina en diversos dentífricos, lo habitual es administrarla en su presentación de colutorio, gel o spray. El formato de colutorio suele presentar un dosificador y debemos enjuagarnos directamente con la clorhexidina pura, nunca se debe de diluir con agua.
Simplemente enjuaga bien la boca con la clorhexidina y procura que pase por todos los lugares de esta, entre los dientes y bien por las encías durante unos 30 segundos. Una vez que hayas terminado escúpela toda, sin tragar nada y no comas ni bebas durante unos 10 minutos.
El formato en gel o spray es para un uso más localizado en la zona afectada o a tratar.
En cuanto a su uso, está recomendado llevar a cabo estos enjuagues o aplicaciones 2-3 veces al día. Si la clorhexidina está recetada debido a que se ha llevado a cabo una cirugía, lo ideal es llevar a cabo estos enjuagues después de que se tome cualquier alimento. La duración del efecto de la clorhexidina en la boca puede llegar a ser de hasta 10 horas.
¿Cuándo no utilizar clorhexidina?
Como con cualquier otro tipo de medicamento, siempre debemos de utilizarlo con moderación o podemos tener problemas en el caso de abusar de este.
Lo primero que debemos de tener en cuenta es que no está recomendado su uso más allá de 15 días. Si lo consumimos durante más de 15 días nos arriesgamos a sufrir sus efectos secundarios, como podrían ser tinciones dentales o alteraciones del gusto.
Por otro lado, también hay que tener especial cuidado a la hora de que lo utilice un niño, ya que este no se lo puede tragar. Únicamente utilizaremos la clorhexidina en un niño cuando sepamos que este puede mantenerlo bien en la boca y no lo traga a la hora de hacer gárgaras.
Finalmente, tampoco está recomendado su uso en embarazadas. Este solo deberá de utilizarse cuando exista una prescripción por parte del odontólogo si la mujer se encuentra con un caso avanzado de gingivitis.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la clorhexidina no supone ningún riesgo ni para la paciente ni el bebé siempre y cuando no se superen los 15 días de tratamiento.
¿Cuánto tarda en actuar la clorhexidina?
La actuación de la clorhexidina es inmediata y su efecto se va liberando con el tiempo tomando entre unas 8 y 10 horas. Debido a que la clorhexidina se adhiere especialmente bien las superficies orales por su gran sustantividad, los efectos antibacterianos de esta pueden durar más allá de las 6 horas después de su uso.
¿Qué marcas de enjuague bucal tienen clorhexidina?
Como es lógico, no todos los enjuagues bucales tienen clorhexidina. Si buscas colutorios con clorhexidina algunos de los más recomendados serían: Kin Care Enjuague Bucal, Isdin Bexident Encías Clorhexidina, Lacer Colutorio Clorhexidina o Glaxo Smithkline Parodontax Colutorio.
Si tienes dudas acerca de qué colutorio utilizar o cuál puede estar más recomendado para tu salud, tu odontólogo te puede ayudar en la decisión.
¿Qué es mejor clorhexidina o agua con sal?
A la hora de llevar a cabo enjuagues bucales, muchas personas se preguntan qué es mejor, si hacerlos con clorhexidina o con agua con sal. A día de hoy, los enjuagues bucales con clorhexidina son mucho más efectivos y recomendados que los que se llevan a cabo con agua con sal.
La clorhexidina actúa de forma inmediata y con una mayor eficacia que el agua con sal, por lo que está más recomendado para reducir la placa o atajar problemas como la gingivitis. Sin embargo, no debemos de olvidar que no se recomienda un uso prolongado de la clorhexidina, es decir, que vaya más allá de 15 días.
Por otro lado, también cabe recordar los efectos secundarios que puede tener la clorhexidina, entre los cuales se encuentran la tinción de dientes o la alteración del gusto pudiendo causar una sensación de sabor metálico.
