Encías sanas y enfermas. ¿Cómo detectar unas encías enfermas por el color?

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No todo el mundo entiende que para tener los dientes sanos y lucir la sonrisa perfecta es imprescindible que las encías también se encuentren perfectamente sanas. De hecho, la principal causa de pérdida de dientes y muelas no son las caries, sino precisamente las enfermedades de las encías.

Dientes y encías sanas son un binomio indisociable, con que conozcamos qué se entiende por encía sana y encía enferma, y cómo saber si mis encías están inflamadas o enfermas.

Las encías sanas y sus características

Se considera que una encía está totalmente sana cuando se cumplen simultáneamente las siguientes condiciones:

  • La encía no está inflamada (no presenta mayor volumen ni un color rojizo)
  • No sangra durante el cepillado ni durante las comidas
  • No existe retracción de la encía, dejando al descubierto las partes del diente que carecen de esmalte dental
  • Ninguna pieza dental se mueve sin causa aparente
  • No existen depósitos de placa dental entre los dientes y la encía
  • La encía no presenta molestias, quemazón o dolor

En adición, la existencia de depósitos de placa bacteriana y/o sarro en los intersticios de dientes y encías no es un signo definitivo de enfermedad de las encías, pero sí un claro aviso de que esta puede manifestarse en un futuro no demasiado lejano.

Cuando no se cumple una de las condiciones anteriores, se entiende que la encía no está sana y que sufre alguna afección de carácter leve o moderado (gingivitis o periodontitis en estadio inicial) o incluso de carácter grave (periodontitis avanzada).

¿Cómo mantener las encías sanas?

La regla principal para tener unas encías normales y sanas es mantener unas pautas de higiene dental adecuadas durante toda la vida:

  • Cepillado dental tras cada comida
  • Uso de la seda dental, como mínimo una vez al día
  • Utilizar colutorios antibacterianos tras cada cepillado también puede ayudar

Tipos de encías enfermas

Estos son los trastornos que pueden manifestarse más frecuentemente en las encías:

Gingivitis

Se trata de una inflamación de la encía, causada por acúmulo de suciedad/sarro (colonización bacteriana) o por agentes externos (por ejemplo, consumo habitual de tabaco o ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, cepillado compulsivo traumático, etc.).

Aunque es relativamente fácil de atajar, si no se hace es la puerta de entrada a otra enfermedad de carácter más grave: la destructiva periodontitis, vulgarmente conocida como piorrea.

Periodontitis

Una encía con gingivitis no atajada constituye una invitación para que las bacterias penetren a fondo en el interior de los tejidos. Si además hay sarro, el riesgo es aún mayor.

Cuando esto ocurre, las bacterias colonizan las raíces dentales y el hueso maxilar que les da soporte, provocando su destrucción. Las piezas dentales comienzan a moverse y, sin tratamiento, el final inevitable es la caída de los dientes afectados.

Otra consecuencia de la periodontitis es la retracción de la encía, algo que también puede ocurrir como consecuencia de cepillados muy agresivos. Si se juntan ambos factores, aumenta la probabilidad de retracción gingival.

Candidiasis

Aunque no tan habitual como las anteriores, la candidiasis es una afección de las mucosas bucales provocada por el hongo Candida albicans.

Suele comenzar manifestándose en lengua y paladar, pero también puede extenderse a las encías. Su tratamiento es sencillo y rápido, a base de medicamentos antifúngicos. Es importante cambiar el cepillo dental que hayamos estado utilizando durante todo el proceso, ya que seguro que también está contaminado.

¿Cómo saber si tengo las encías enfermas? El color es la clave

La buena noticia es que podemos recuperar fácilmente la salud de las encías si detectamos la enfermedad gingival con rapidez.

Esto es relativamente sencillo: en caso de sangrado o irritación molesta, podemos estar seguros de que se trata de una gingivitis. Y si no se presenta ninguno de esos dos síntomas, el color de las encías es una pista de lo más fiable, una encía sana no es roja ni granate.

¿Cómo deben estar las encías sanas?

Las encías sanas tienen un color rosa coral. Si a esta condición se unen la ausencia de sangrado y de molestias gingivales, entonces podemos estar tranquilos.

Encías de color rojo brillante: gingivitis o periodontitis

En este caso, existe inflamación en la encía (aunque esta no sangre), es decir, tenemos gingivitis. Si también se presenta retracción de la encía pero ninguna pieza dental se mueve, lo más probable es que se trate de una periodontitis en estadio inicial.

En cualquier caso, una encía de color rojo brillante es algo que no podemos pasar por alto: solicitemos rápidamente una consulta con el odontólogo/periodoncista.

La candidiasis pone las encías blancas

El color blancuzco de las encías es un síntoma muy claro de candidiasis gingival. Si lo observamos, es preciso acudir de inmediato al dentista para atajarla.

El resto de coloraciones (tonos muy oscuros, marrones o rosas muy pálidos) son indicativos de otros trastornos orgánicos no relacionados con la encía. Por tanto, en estos otros casos, también debemos solicitar con urgencia una consulta médica.

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