Cirugía de las muelas del juicio, ¿qué debes saber?  

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Ha llegado el día del juicio final… No, qué va: ¡Es broma! Sencillamente, le hemos dado cabida a esta ocurrencia para que leas este artículo con otro tono, tomándotelo con más filosofía. Y ahora que ya tenemos tu atención, seguiremos hablando de juicios y de muelas. Naturalmente, las muelas del juicio.  

¿Te has preguntado alguna vez por qué estas piezas dentales adquieren esa denominación, muelas del juicio? Es fácil y tiene su lógica: estas piezas dentales empiezan a desarrollarse durante la etapa de madurez del ser humano. Es decir, las muelas del juicio se forman entre los 16 y 25 años, cuando ya se considera que las personas tienen el juicio suficiente para razonar y actuar con cierto criterio.  

Por su parte, los coreanos le han dado un matiz más cariñoso a las que los españoles llamamos muelas del juicio. En Corea se habla del diente del amor, rememorando así cómo te marca un primer amor. En catalán, son els queixals del seny.  

Pero, realmente, ¿qué son las muelas del juicio o terceros molares? Son dientes (cordales en el campo de la odontología) que pueden irrumpir en el tramo final de la adolescencia. Y decimos pueden, porque no siempre se forman (agenesia) y no siempre salen en su sitio. En un caso ideal, estas muelas aparecen en el fondo de la boca, en su zona posterior. En total hay cuatro: dos al final del área superior de la boca y dos más en la parte inferior.  

Si tu caso no es el ideal, no te preocupes. Como decíamos muchas veces los cordales no encuentran el camino correcto para erupcionar, salen torcidos, no nos salen. Una persona adulta puede llegar a tener 32 dientes, si “no tienes juicio” 28. Por lo que no tener terceros molares no es un gran problema. 

En una revisión dental rutinaria – desde Clínica MónBlanc te aconsejamos acudir al dentista una vez cada seis meses–, se puede detectar fácilmente si hay algún problema con tus muelas del juicio y si es necesario extraerlas. No es una decisión que se tome por gusto, existen razones de peso que se aplican por tu propio bien.  

¿Por qué es necesario extraer las muelas del juicio?

Estas piezas dentales, también conocidas como terceros molares, pueden extraerse por los siguientes motivos:

  1. Falta de espacio en la mandíbula o en el maxilar. El esqueleto humano crece  como media hasta los 17-21 años y con él los maxilares. Pero puede que las muelas del juicio no tengan suficiente espacio para colocarse bien en la boca. Este hecho puede causar dolor, inflamación y daño en los dientes adyacentes. 
  2. Impactación. Las muelas del juicio, a veces, quedan atrapadas o impactadas en la mandíbula, sin poder erupcionar. Esto puede causar dolor e incomodidad, así como infecciones y formación de quistes. 
  3. Malposición. En algunos casos, las muelas del juicio pueden erupcionar en una posición inclinada, torcida o desalineada. Entonces, la mordida y la alineación de los dientes podría verse afectada. Paralelamente, la citada afectación puede causar problemas de salud bucal. 
  4. Dificultad para la higiene dental. Las muelas del juicio, debido a su ubicación en la parte posterior de la boca, pueden ser difíciles de alcanzar y limpiar adecuadamente. Esto aumenta el riesgo de caries, enfermedad de las encías y otros problemas dentales.  

Preventivamente, si así se considera desde MónBlanc tras realizar las pertinentes revisiones y pruebas complementarias, las mueles del juicio pueden extraerse para evitar así situaciones complejas y complicaciones bucodentales en un futuro inmediato.  

Por cierto, hay muelas del juicio que están retenidas (impactadas) en su situación bucodental de origen, por lo que no erupcionarán jamás. Su nacimiento y crecimiento no es siempre una realidad.  

A modo de resumen, la extracción de las muelas del juicio es un procedimiento habitual. Es común. En esta intervención es ambulatoria, es decir, se puede realizar en la consulta dental y siempre aplicando anestesia local, con la finalidad de eliminar el dolor y las molestias. Posteriormente, el paciente es derivado a su casa, puesto que la citada cirugía no reviste gravedad y no requiere hospitalización.  

Proceso de extracción de las muelas del juicio

Para fomentar tu tranquilidad y dar paso a tu bienestar, te explicamos, paso a paso, cómo se realiza la extracción de las muelas del juicio. Toma buena nota.  

Procuramos mantener un tono cercano y amable, explicándote al detalle e informándote de qué estamos haciendo en todo momento:  

  • Evaluación inicial. En primer lugar, se ha de practicar un examen oral y examinar las muelas del juicio y los tejidos cercanos a las mismas. Este estudio, junto con las pruebas complementarias necesarias (radiografías, TAC o CBCT), ayudará a determinar en qué posición se encuentran y si es necesario extraerlas. 
  • Anestesia local. Antes de comenzar el procedimiento de extracción, se ha de administrar anestesia local alrededor del área de la muela del juicio, con el fin de adormecerla y evitar que se padezca dolor durante la extracción. 
  • Preparación del área. En caso de no tener acceso físico a la muela, porque está enterrada (retenida) puede que sea necesaria una pequeña incisión en la encía para localizarla. 
  • Extracción de la muela del juicio. Utilizando los instrumentos adecuados, suavemente se ha de movilizar la muela del juicio, que ocupa su lugar en el hueso. En algunos casos, puede que sea necesario dividir la muela en secciones más pequeñas para facilitar su extracción. 
  • Limpieza y sutura. Después de extraer la muela del juicio, se ha de limpiar cuidadosamente el área para eliminar cualquier residuo o infección. Si se realizó una incisión en la encía, se suturará la herida con puntos que se deberán retirar con el tiempo.

Cuidados posteriores a la extracción de las muelas del juicio

Tras abandonar la consulta del dentista, una de las primeras medidas reside en morder, a conciencia, una gasa estéril que ha de presionar la zona para frenar el sangrado, originado tras la extracción de las muelas del juicio. Hazlo durante unos 30 minutos, aproximadamente. Ese sangrado es normal, entra dentro de los planes ya establecidos. No podemos enjuagarnos ni escupir durante el primer día para evitar que el coágulo de sangre se desaloje de su sitio y empiece a sangrar de nuevo. 

A continuación, para minimizar la inflamación de la zona afectada, se aconseja aplicar gasas frías o apósitos que contengan hielo, que siempre irá envuelto bajo alguna prenda – sobre todo, no te lo apliques directamente en la piel –. Con un cuarto de hora será suficiente y lo iremos repitiendo durante todo el día.  

Puede que sea necesario el consumo de ciertos antibióticos, si se percibe alguna infección y de analgésicos, para reducir las molestias típicas.  

Siempre hay que mantener una buena higiene bucodental, pero esta se hace más que necesaria tras la extracción de las muelas del juicio porque se ha procurar que la zona afectada esté limpísima. En relación con esa higiene, esos días posteriores a la extracción de las muelas del juicio, has de evitar cepillarte intensamente la zona afectada.  

Lluís Vallverdú Odontólogo
Prostodoncista/Periodoncista, Implantólogo

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